Saturday, November 18, 2006

¿QUIÉN SE SIENTE CUCARACHA?

La otra vez me pasó algo muy curioso que me dejó pensando sobre la importancia de la fantasía como medio de desarrollo de la persona o en este caso de un niño, pués la cosa estuvo así:


Resulta que me encontraba saliendo y a unos pasos del estudio, dirigiéndome a la oficina de el "bobo", nuestro representante jurídico, cuando en ese momento una señora con su hijo se me acercó para preguntarme si yo trabajaba "ahí", a lo que yo contesté afirmativamente.




La señora no tardó en explicar que la pregunta era por una figura gigante de un personaje roji-negro que tenemos a la puerta del estudio y que nos regaló un fan de Oscar (que la verdad le quedó padrísima). Ella se refería ni más ni menos que a Karmatrón y es que les había llamado la atención tanto a su hijo como ella el por que estaba puesta a la puerta de nuestro estudio... y sobre todo ¿a qué nos dedicabamos?





Empezé por explicarle un poco de la historia de Karmatrón, su filosofía, acerca de la raza Zuyua y de Zacek, el cual debe despertar a la serpiente Kundalini para salvar a su pueblo del terrible Asura. Para cuando llegué a la parte de los chakras y la conciencia, la señora estaba realmente fascinada, pues me decía que ella no sabáa de los temas tan profundos que se podían tratar en los comics.


Cuando me dí cuenta, ya le estaba platicando de la filosofía de Dragon Ball, de que Goku es un guerrero que nunca se rinde y que siempre pelea contra la injusticia para cambiar su polaridad pero nunca con odio, pues tiene corazón de niño y como las 7 esferas del dragón representan a los 7 Chakras.



Bueno, hasta le hablé de la Fortaleza de la Soledad, y todo porque en una de esas vi la playera de Superman que llevaba su hijo.

La señora me platicó que era psicóloga y que era muy interesante como los niños se identifican con los personajes de las caricaturas al grado que se vuelven sus héroes y un ejemplo a seguir.
Incluso me platicó, que una vez le llevaron a uno a su consultorio pues, según sus papás, estaba traumado porque decía que era como una cucaracha... indagando posteriormente, la psícóloga descubrió que alegaba ésto por los problemas familiares que tenía en su casa y en la escuela. Resultó que sentía eso por la cualidad que veía en el artrópodo de sobrevivir a las situaciones adversas y a su gran resistencia. ¡Él fantaseaba con ser cucaracha porque a diferencia de sus padres, el niño veía la escencia y fortaleza del insecto y no su apariencia!

Que increíble puede llegar a ser la imaginación cuando se aplica correctamente, enhorabuena
por la psicóloga que se tomó la molestia de hablar con el niño y escucharlo verdaderamente para descubrir que a veces "las apariencias engañan".

... Aunque la verdad yo prefiero ser Superman. Ji-ji.


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